Hoy, 3 de diciembre, se celebra el día Internacional de las personas con Diversidad Funcional. Una fecha importante para reivindicar y exigir el respeto de sus derechos. También para concienciar a la sociedad de la importancia de reconocer en la diversidad un hecho de valor y no una característica que limita.
La diferencia es una realidad. En el mundo todos somos diferentes. Distinto género, distinta nacionalidad. Distintos físicamente. Diferente religión. Dinero en el banco, pensamiento político, valores…
Desde pequeños nos enseñan que la diferencia es mala y nos hacen creer que lo bueno reside en la normatividad. Pero nada más lejos de la realidad. Por eso es tan importante desintegrar esa barrera que nos divide.I
La riqueza de la diversidad
Como decía Machado, “se hace camino al andar” y, por suerte, la sociedad da pasos hacia el cambio.
En la antigüedad se creía que la diversidad era brujería. Más tarde, que tenían algún desequilibro fisiológico. Que estaban locos o que eran contagiosos. También se ha creído que lo que tenían era una enfermedad biológica y trataban de curarlos. Y así durante siglos.
De hecho, en la actualidad seguimos viendo aquello que se sale de la norma con recelo.
La normalidad es la gran idea organizadora de nuestra realidad. Si la norma organiza, la persona que se sale de la norma es marginada.
¿Qué hay que hacer? Normalizar la diferencia, es decir, interiorizar que todos somos distintos y que eso nos enriquece y entender que la diversidad no es algo negativo. Somos completamente diferentes y, a fin de cuentas, todos iguales, todos humanos.
¿Por qué diversidad funcional?
Como señala la guía para la inclusión de la diversidad funcional de la Generalidad Valenciana, “la necesaria construcción y consolidación de un término que designe al colectivo de personas con discapacidad (como hasta ahora han venido siendo denominadas) que no sea susceptible de provocar desigualdad y, por lo tanto, su utilización no tenga como resultado un tratamiento excluyente, lleva a proponer el término de diversidad funcional”.
Con esto, se trata también de abandonar definiciones con connotación negativa como discapacidad o minusvalía (menos capacidades, menos validez) y poner en valor la dignidad del ser humano.
Integración e inclusión. ¿Significan lo mismo?
Integración significa que, dentro de lo que ya existe o conocemos, tenemos que hacer hueco para lo nuevo o diferente. Inclusión implica ser todos uno.
Imaginad que estáis preparando la cena de navidad. Tenéis el lugar reservado, el menú pensado… y sólo falta avisar a los amigos. Hacéis las llamadas pertinentes y vaya, uno de ellos lleva medio año con problemas digestivos y no puede comer eso que teníais en mente. Por lo que tenéis 3 opciones:
-Ponerle una excusa y decirle que la cena se ha cancelado (exclusión).
-Preparar algo diferente para esa persona (integración).
-Cambiar el menú y comer todos lo mismo (inclusión).
Es necesario diseñar un paradigma de convivencia donde la pluralidad en la que estamos inmersos tenga cabida. Y la inclusión es la línea de fuerza de este proyecto.
Voluntariado de apoyo a personas con diversidad funcional
Desde Cooperatour, queremos aprovechar este día para reivindicar los derechos de las personas del colectivo y hacer un llamado a la acción.
Todavía queda mucho camino por recorrer y nosotros queremos andar a vuestro lado. La sociedad igualitaria en la que queremos vivir y por la que apostamos necesita respeto e inclusión, y este enfoque debe integrarse en todos los ámbitos de la vida.
Nuestro pequeño grano de arena en esta esfera es la colaboración con proyectos de educación especial en países como Etiopía, Kenia, Guatemala o Perú. En países en desarrollo y dependiendo de las características de la sociedad, los valores culturales, nivel de ingresos o servicios disponibles, las barreras a las que deben hacer frente son mayores. Además, la situación del colectivo no es homogénea, sino que existen ciertos subgrupos que se enfrentan a una múltiple discriminación, como son las mujeres, los niños y niñas o las personas mayores, incrementando aún más su situación de vulnerabilidad
Las personas con diversidad funcional son especialmente vulnerables a la invisibilidad y a la exclusión social. Lo que tratamos de hacer en estos proyectos es, desde el respeto a las capacidades de cada uno, ofrecer apoyo.
Es muy importante poner el foco en sus destrezas y no en sus debilidades. Observar cada detalle, conocer a la persona más allá de su diagnóstico. Ir poco a poco y celebrar cada victoria por pequeña que sea.
La empatía, la generosidad y el compañerismo deben ser valores y aptitudes del voluntario para acudir a uno de estos programas en los que es importante que tu participación sume.
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