El 5 de diciembre nunca debería considerarse una fecha en vano. Desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) así lo reconoció en 1985, es una nueva oportunidad para celebrar la fuerza irrefrenable que mueve a millones de personas de todo el mundo a prestar su tiempo en favor de un mundo más ecuánime y solidario. Una nueva ocasión para reconocer una forma de ser y de vivir que no se preocupa por esperar algo a cambio: es el Día Internacional del Voluntariado.

Desde que Cooperatour se fundara hace 15 años, el voluntariado siempre ha sido la única y principal preocupación de la organización. Sea en el ámbito que sea, hemos querido demostrar que juntos somos imparables. Nos enorgullece haber podido contar con más de 3.000 personas voluntarias que, con su espíritu humanitario, han decidido implicarse en alguno de nuestros proyectos para ayudar a comunidades que viven en situaciones de pobreza y/o desigualdad. Cada acto ha contribuido a cumplir nuestro propósito de avanzar hacia una sociedad más igualitaria, y no podemos estar más agradecidos con cada uno de los corazones que han decidido hacerlo.

Una poderosa arma de cambio

Sin duda, el voluntariado puede ser un gran agente de cambio, una herramienta para transformar realidades. Desde la ayuda en tu propio barrio a la colaboración en viajes solidarios a nivel internacional que, como en nuestro caso, tienen como fin ayudar a los demás de manera libre, altruista y desinteresada, aunque creamos que sea en cosas insignificantes.

Un bolígrafo, una libreta, una sonrisa dibujada en su rostro, un abrazo… Puede ser un pétalo de esperanza para los más necesitados. Un arma para enseñar a un niño a leer y escribir, para devolver a una tortuga a su hábitat natural o para empoderar a las mujeres en las sociedades más retrógradas e injustas.

A lo largo de nuestra historia, ya hemos trabajado en más de 150 proyectos de cooperación internacional, fomentando así la sensibilización y el respeto hacia otras culturas y formas de vida a través del voluntariado. Como reza el lema de la entidad, «viajes para un mundo mejor». Entre los destinos se cuentan hasta 18 países: Costa Rica, Guatemala, Perú, Panamá y Colombia (América Latina), Kenia, Tanzania, Cabo Verde, Ghana y Etiopía (África) y Nepal, Sri Lanka, Tailandia, Vietnam, Indonesia, India, Camboya y Filipinas (Asia).

Nuestros voluntarios han podido participar en programas de desarrollo relacionados con el cuidado de niños y la enseñanza, el empoderamiento de la mujer, el medio ambiente y los animales y con la salud. Es más, en motivo de nuestro 15º aniversario, desde el pasado 26 de noviembre estamos sorteando un viaje solidario de dos semanas a Tanzania a través de nuestro Instagram. El próximo 21 de diciembre anunciaremos la persona ganadora, que solo tendrá que escoger el proyecto de voluntariado en Tanzania donde quiera colaborar y nosotros se lo regalaremos, además de ofrecer un 50% de descuento en la cuota de inscripción a todos los amigos que decidan acompañarle en la experiencia.

Voluntad en tiempos de pandemia

Según datos ofrecidos por la Plataforma del Voluntariado en España, España contaba con 2,7 millones de personas voluntarias en 2019, lo que supuso un crecimiento de un 6,7% respecto a las cifras del año anterior. Además, del total un 57,6% eran mujeres y un 42,4% hombres.

Pese a que la tendencia era claramente alcista, el año 2020 abrió un nuevo escenario. La crisis sanitaria generada por el Covid-19 cambió el devenir de la vida de millones de personas y su impacto, indudablemente, fue aún mayor en los países en vías de desarrollo. Entre la retahíla de sectores que se vieron afectados, uno de los que se vio más resentido fue el del voluntariado internacional. Las severas restricciones a la movilidad frenaron bruscamente el envío de voluntarios y la realización de proyectos de cooperación.

En esta tesitura, desde Cooperatour trabajamos para garantizar una experiencia sin riesgos en alguno de los países donde contamos con proyectos de desarrollo activos. La pandemia ha multiplicado los retos a los que nos veníamos enfrentando a lo largo de los últimos años (crisis humanitarias, climáticas, etc.) y ha modificado nuestra manera de relacionarnos con los demás. Es por ello que la implicación social cobra aún más importancia si cabe, ya que los proyectos en los que trabajamos dependen, en gran medida, de la contribución de los voluntarios.

Vibrar en la misma frecuencia y juntos ser esos granitos de arena que de a poco logran construir grandes cosas. La solidaridad mueve montañas. Esa es nuestra filosofía, ese es nuestro mayor capital humano, y la base para edificar una sociedad que haga frente a los desafíos mundiales.